Acá no hay ficción
Hace unos meses que quería escribirte pero aún me cuesta en mi ser reconocer lo qué sucedió. Te he recordado mucho, no sé porque siempre que alguien hace estos viajes, recuerdo mis instantes con ellos cuando era pequeña y tengo mis recapitulaciones sanadoras con esas personas. Como contigo, recordé que tú fuiste la primera persona que me habló del Che Guevara, y tú reacción fue -¡cómo no sabes quién es! debes averiguarlo yo te traeré un libro de él !-, este objeto nunca llegó, pero yo no olvidé buscar información y enterarme del gran personaje que me estaba perdiendo. Mis primeras lecturas de historia revolucionaria fueron gracias a ti aunque unos años más adelante. Ese mismo día que me hablaste del Che, lo recuerdo soleado, el patio de la casa de mis padres yo entre 13 y 14 años estaba barriendo; era mi hora favorita , esa, la del atardecer; tu sentado en la silla de playa , fumando, porque sí qué fumabas. Aún no olvido tú voz y risa, eso es muy atesorado, también tu forma tan